
El movimiento realfooding ha cobrado fuerza en los últimos años como una respuesta necesaria a los hábitos alimenticios contemporáneos que ponen en riesgo la salud de las personas. Este enfoque promueve una alimentación más sana y consciente, priorizando el consumo de aquellos alimentos que son regulados por su valor natural y nutricional. En un mundo donde las opciones de comida ultraprocesada son cada vez más comunes, la necesidad de redescubrir lo que realmente significa “comida” se vuelve urgente.
En este artículo, exploraremos las raíces y los principios fundamentales del movimiento realfooding, describiremos los diferentes grupos de alimentos que comprenden esta filosofía y analizaremos los beneficios que trae consigo. También ofreceremos consejos prácticos sobre cómo incorporar este estilo de vida en nuestra rutina diaria, así como el impacto más amplio que puede tener en la salud pública y el medio ambiente. Acompáñanos en este recorrido hacia una alimentación más consciente y saludable.
¿Qué es el realfooding?
El movimiento realfooding se centra en el consumo de alimentos que son considerados “reales”, es decir, aquellos que mantienen su integridad natural y han sido mínimamente procesados. Esta tendencia desafía la visión tradicional de la alimentación, que muchas veces se ve dominada por productos ultraprocesados, repletos de aditivos y conservantes. La idea central es volver a las raíces, priorizando los sabores auténticos y los ingredientes frescos, que son claves para una buena salud.
Para comprender el movimiento realfooding, es esencial conocer la clasificación de los alimentos que propone. Esta clasificación divide los alimentos en tres grupos: el Grupo 1, que incluye alimentos reales sin procesar; el Grupo 2, que engloba buenos procesados, es decir, aquellos que tienen menos de cinco ingredientes; y el Grupo 3, que abarca los ultraprocesados, los cuales deben ser evitados. Cada grupo proporciona una guía clara para que las personas puedan tomar decisiones más informadas sobre lo que consumen.
La práctica del movimiento realfooding no solo se trata de una cuestión de alimentación, sino que también implica una mentalidad más consciente sobre el acto de comer. Este enfoque favorece un estilo de vida que promueve la salud a largo plazo, ayudando a las personas a establecer una conexión más significativa con sus alimentos y el medio ambiente. Más allá de simplemente contar calorías, el realfooding aboga por valorar la calidad y frescura de los ingredientes.
Orígenes del movimiento
El movimiento realfooding fue impulsado por el nutricionista español Carlos Ríos, quien se propuso crear conciencia sobre las deficiencias de la alimentación moderna y sus efectos adversos en la salud. Ríos comenzó a difundir sus ideas a través de las redes sociales, creando una comunidad que cada vez aúna a más personas interesadas en un estilo de vida más saludable. Su enfoque pragmático y basado en la evidencia ha resonado con la población, convirtiéndose en un líder de opinión en temas de nutrición.
La popularidad del realfooding se ha visto alimentada por el creciente alarmismo en torno a las estadísticas de obesidad y enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2. Estos problemas han llevado a muchos a cuestionar sus elecciones alimentarias y a buscar alternativas viables. El realfooding se presenta así como una solución accesible y práctica, que permite mejorar la salud sin renunciar al placer de comer.
Más allá de su popularidad en España, el movimiento realfooding ha atraído la atención internacional, llegando a otras partes del mundo y promoviendo un cambio en la forma en que se percibe la comida. Cada vez más personas se están uniendo a esta ola de concienciación, motivadas por el deseo de adquirir hábitos más saludables y sostenibles.
Principios básicos del realfooding
Los principios del movimiento realfooding son sencillos pero profundos y se centran en volver a lo esencial de la alimentación. Primordialmente, la filosofía promueve la elección de alimentos frescos y naturales, evitando cualquier tipo de producto complejo en su composición o que contenga ingredientes artificiales. De esta manera, se busca no solo el bienestar físico, sino también una conexión emocional con lo que se consume.
Uno de los pilares del realfooding es la educación nutricional. El movimiento se esfuerza por informar a las personas sobre los beneficios del consumo de alimentos reales y los riesgos asociados con los ultraprocesados. Aprender a leer etiquetas y entender qué ingredientes son beneficiosos y cuáles son perjudiciales es crucial para realizar elecciones más saludables.
Además, el movimiento realfooding fomenta la sostenibilidad. Se alienta a las personas a elegir productos locales y de temporada, lo cual no solo beneficia la salud individual, sino también al medio ambiente. Al optar por alimentos no procesados y sostenibles, se contribuye a un sistema alimentario más equilibrado y responsable.
Alimentos del Grupo 1
Los alimentos del Grupo 1 son aquellos que no han sido procesados y se encuentran más cerca de su estado original. Esto incluye frutas y verduras frescas, carnes, pescados, legumbres, frutos secos y semillas. Estos alimentos son la base de una dieta saludable, ya que están repletos de nutrientes esenciales que el cuerpo necesita para funcionar adecuadamente.
Cuando integras estos alimentos en tu dieta diaria, notarás una mejora en tu energía y bienestar general. Por ejemplo, las frutas y verduras frescas son una excelente fuente de vitaminas y minerales, así como de fibra, lo que promueve una buena digestión y la salud intestinal. Por su parte, las proteínas provenientes de carnes y pescados de calidad son fundamentales para el crecimiento y reparación de los tejidos.
El enfoque del movimiento realfooding invita a experimentar con recetas que concentren estos ingredientes de calidad. Al cocinar con alimentos del Grupo 1, se puede lograr una variedad de platos que son deliciosos y nutritivos. La creatividad en la cocina puede florecer al trabajar con ingredientes frescos, llevando el placer de comer a nuevos niveles.
Alimentos del Grupo 2

El Grupo 2 comprende alimentos que, aunque han sido procesados, todavía se consideran saludables. Esta categoría incluye productos que contienen menos de cinco ingredientes y que no contienen aditivos ni conservantes perjudiciales. Algunos ejemplos son el pan integral hecho con harina, agua y sal, o conservas de pescado con aceite de oliva.
Elegir alimentos del Grupo 2 es esencial para mantener un equilibrio en la dieta. Estos productos pueden ser útiles en situaciones donde la conveniencia es necesaria, como en comidas rápidas o snacks, pero es fundamental que todos los ingredientes sean naturales y reconocibles. Este equilibrio ayuda a salvaguardar tanto la salud como la satisfacción personal al comer.
Un aspecto importante del movimiento realfooding es la educación sobre cómo identificar estos buenos procesados. Aprender a leer etiquetas y hacer elecciones informadas puede ser un poderoso paso hacia una alimentación más consciente. La idea es encontrar productos que sean nutritivos sin caer en los excesos de los ultraprocesados.
Alimentos del Grupo 3
Los alimentos del Grupo 3 son aquellos que se deben evitar a toda costa. Esta categoría incluye los ultraprocesados, que son productos que han sido manipulados industrialmente y contienen ingredientes artificiales, colorantes, edulcorantes y conservantes. Ejemplos comunes son snacks empaquetados, bebidas azucaradas y comidas congeladas.
El impacto de consumir ultraprocesados en la salud es alarmante; su consumo excesivo está vinculado a problemas de salud como la obesidad, la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Estas opciones alimenticias no solo carecen de valor nutricional, sino que, en muchos casos, aportan calorías vacías, lo que puede llevar a un aumento de peso y una mala salud a largo plazo.
El movimiento realfooding propone tomar conciencia sobre estos alimentos y fomentar una alimentación basada en la calidad y frescura de los ingredientes. Al evitar los ultraprocesados, se empodera al individuo a tomar decisiones más saludables y a buscar alternativas que sean más beneficiosas para su bienestar.
Beneficios del realfooding
La adopción del movimiento realfooding brinda múltiples beneficios a la salud física y mental. En primer lugar, consumir alimentos frescos y mínimamente procesados mejora la nutrición general. Al estar llenos de vitaminas, minerales y antioxidantes, estos alimentos ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y a prevenir enfermedades.
En segundo lugar, este tipo de alimentación está asociado con una mejor regulación del peso. Al evitar los ultraprocesados, que suelen ser altos en azúcares y grasas saturadas, se puede facilitar el mantenimiento de un peso saludable. La calidad de los alimentos se torna primordial, y es a través de esta calidad que se logra un equilibrio natural en la dieta.
Por último, el movimiento realfooding también puede tener un impacto positivo en la salud mental. Una alimentación basada en ingredientes frescos y naturales no solo aporta energías para el día a día, sino que también mejora el estado de ánimo. Los alimentos reales suelen tener efectos antiinflamatorios y están relacionados con una mejor salud cerebral. De este modo, la conexión entre lo que comemos y cómo nos sentimos se vuelve evidente.
Cómo empezar con el realfooding
Iniciar el camino hacia el movimiento realfooding no tiene por qué ser un proceso complicado. Un primer paso práctico es hacer un inventario de lo que actualmente tienes en la alacena y el refrigerador. Identificar cuáles son los alimentos del Grupo 3 y desecharlos o donarlos puede ser una forma liberadora de comenzar. Este proceso no solo permite hacerse consciente de las elecciones pasadas, sino que también abre el espacio para nuevos alimentos.
En lugar de comprar ultraprocesados, es recomendable hacer una lista de compras que priorice los alimentos del Grupo 1 y Grupo 2. Cocinar en casa y preparar comidas desde cero es clave para controlar la calidad de los ingredientes. De hecho, cocinar en casa también puede ser una actividad placentera y relajante, que fomente la conexión con la comida.
Otro aspecto interesante es unirse a comunidades o grupos donde se comparta el interés por el movimiento realfooding. Compartir recetas, tips y experiencias con otros que están en el mismo camino puede proporcionar un gran soporte y motivación en esta transición. Aquí es donde las redes sociales juegan un rol importante, ya que permiten acceder a una gran cantidad de información y recursos útiles.
Consejos prácticos para la transición

Hacer la transición hacia el movimiento realfooding puede requerir tiempo y paciencia. Es natural sentir la tentación de volver a viejos hábitos, por lo que adoptar un enfoque gradual podría ser la clave del éxito. Introducir poco a poco más alimentos frescos y reales en la dieta, mientras se van eliminando los ultraprocesados, puede ser una forma efectiva de adaptar el cuerpo y la mente al nuevo estilo.
Planificar las comidas también puede facilitar el proceso. Dedica un día a la semana para organizar lo que vas a comer, así como hacer la compra de ingredientes. Esto no solo ayuda a reducir la tentación de recurrir a opciones más fáciles y menos saludables, sino que también brinda la oportunidad de experimentar con nuevas recetas.
Por último, no olvides disfrutar del proceso. El movimiento realfooding busca que comer no sea solo una rutina, sino un momento para disfrutar y celebrar el acto de nutrir el cuerpo. Utiliza esta oportunidad para explorar nuevos sabores, aprender sobre diferentes culturas alimentarias y, sobre todo, reconectar contigo mismo y con tu alimentación.
Impacto en la salud pública
El movimiento realfooding no solo se limita a la esfera individual, sino que también tiene implicaciones significativas para la salud pública. A medida que más personas adoptan esta forma de alimentación, se puede observar un descenso en las enfermedades relacionadas con la nutrición, como la obesidad y la diabetes tipo 2. Esto podría dar lugar a un ahorro considerable en los costos de atención médica a largo plazo y a un aumento en la calidad de vida de la población.
Además, la promoción de una dieta basada en alimentos reales puede contribuir a la creación de un entorno alimentario más saludable. Impulsar políticas que favorezcan el acceso a productos frescos y de temporada, así como la educación nutricional en escuelas y comunidades, es fundamental para cambiar la narrativa en términos de salud alimentaria.
El impacto del movimiento realfooding también se traduce en una mayor conciencia sobre los sistemas alimentarios y su sostenibilidad. Al optar por alimentos locales y de temporada, se fomenta la economía local y se reducen las emisiones de carbono asociadas al transporte de productos. Este cambio hacia una mayor conciencia alimentaria es necesario para proteger la salud del planeta y la nuestra.
Realfooding y sostenibilidad
El movimiento realfooding y la sostenibilidad están intrínsecamente relacionados. Al promover el consumo de alimentos frescos y de origen local, se pueden realizar elecciones que beneficien tanto al consumidor como al medio ambiente. Cada vez que optamos por productos de temporada, apoyamos a los agricultores locales y reducimos la huella de carbono relacionada con los productos importados.
La alimentación sostenible también está enfocada en la reducción del desperdicio de alimentos. Al aprender a usar los ingredientes al máximo y a reciclar sobras, se puede minimizar el impacto en el medio ambiente. Esto no solo ayuda a cuidar nuestro entorno, sino que también avanza hacia una economía más responsable.
A través del movimiento realfooding, existe un compromiso continuo por educar y concienciar sobre el impacto que nuestras elecciones alimentarias tienen en el mundo. Fomentar una alimentación más consciente no solo mejora nuestra salud personal, sino que también es un paso hacia un futuro más sostenible para las próximas generaciones.
Mitos comunes sobre la alimentación
Dentro del ámbito de la alimentación saludable, existen varios mitos que a menudo confunden a las personas. Uno de ellos es la creencia de que comer de manera saludable implica contar calorías de manera rigurosa. En realidad, el movimiento realfooding defiende que lo que realmente importa es la calidad de los alimentos que se consumen más que la cantidad calórica. Este enfoque puede traer mayor satisfacción y disfrute relacionado con la comida.
Otro mito común es que todos los alimentos procesados son igual de dañinos. Si bien es cierto que los ultraprocesados deben ser evitados, hay categorías de alimentos procesados que son perfectamente aceptables y que pueden aportar beneficios nutricionales si se seleccionan con cuidado. Por eso, es importante entender que hay grises en el ámbito de la alimentación y adoptar un enfoque más matizado.
Finalmente, existe la idea de que invertir en alimentos de calidad y frescos es demasiado caro. Si bien algunos productos pueden ser más costosos, el movimiento realfooding alienta a planificar y priorizar compras que se adapten a un presupuesto. Compras a granel y productos de temporada pueden ser opciones viables que ayuden a economizar mientras se alimenta a la familia con alimentos reales y nutritivos.
Conclusión
El movimiento realfooding nos invita a repensar nuestra relación con la comida y a buscar una alimentación más auténtica y saludable. La elección de alimentos frescos y mínimamente procesados no solo tiene beneficios directos en nuestra salud física, sino que también promueve una conexión más significativa con lo que comemos y con el medio ambiente. Al optar por lo real, se abre un camino hacia un estilo de vida más consciente y responsable.
Adoptar este enfoque puede parecer complicado al principio, pero con pasión y educación, es un proceso que puede transformarse en una experiencia gratificante. Hay un mundo entero de sabores y recetas por descubrir a través del realfooding, lo que promete un sentido renovado de bienestar, tanto interno como externo.
Por último, es fundamental recordar que cada pequeño paso hacia una alimentación más consciente cuenta. La suma de estas acciones individuales puede traducirse en un cambio colectivo que podría beneficiar no solo nuestras vidas, sino también la salud de nuestro planeta. Regresar a la esencia de lo que significa una alimentación real y saludable es un viaje que vale la pena compartir y disfrutar.